Son las 5:33am del sábado.
Hace un chingo de calor, pero aún más tolerable que los pinches zancudos que estan por todos lados, sepa de donde salen tantos. Salen de entre la ropa de entre los libros, de entre el tambor de la lira, de entre las cobijas, aaaaaay ya estoy harta de ellos! Y los famosos raidolitos solo parece ponerlos bien pachecos y con ojo rojo ahi andan chupando la sangre, MI SANGRE a toda madre!
Lo más molesto para mi es no tener tiempo para echar una fumigadita a todo mi cuarto, y se hace más incomodo cuando mi cuarto es mi todo espacial: es mi estudio, es mi oficina, es mi recamara, es mi gimnasio, es mi comedor, es mi sala, es hasta el punto de reunión de mis gatos para agarrarse a madrazos. Todo en un espacio de 9m2...
Últimamente no he salido mucho de estas cuatro paredes, más que para ir a la maestría y de vez en cuando a visitar otras sábanas. El color verde de las paredes y techo me está empezando a generar cierta claustrofobia, ¡ya me urge empezar a modificar todo este espacio!
Aunque debo admitir que toda mi atención se ha ido al mundo cibernético, mi segundo hogar, sino es que el primero mentalmente! Ahora no puedo dejar de sentir que no he despertado, sin que haya abierto el facebook, y por su puesto el messenger del hotmail. Lo que no ameniza esta vida cibernaútica el estar a la espectativa de ver que chingados está haciendo el wey que me gusta, y con quién puede estar saliendo ahora y empezar a crear un mundo de insinuaciones y de pretensiones pendejas paa lograr una invitación a la vida real!
Esto de la maestria me ha resultado un proyecto bastante exitoso con todo lo que en un principio pretendía que fuera: ocuparme lejos del ocio de pensar en la vida. Mi miedo constante a morir, a dejar, a perder, a sufrir...
Ahora sufro de otra manera, con el estilo que la fribolidad y superficialidad pueden ofrecer... escondiendome entre tareas y todas las pendejadas académicas- burocráticas que puede ofrecer el sistema público educativo: tramitar credencial, ver lo de la beca, sacar 4 juegos del certificado de estudios, ir por el nuevo ife, etc, etc, etc.
No me quejo, es justo lo que me busqué para dejar de pensar, de desear, de fantasear, de soñar. Aunque debo confesar que empiezo a extrañar, la fantasia de que todo está bien, al menos en mi concepto de "bien".
Aun despierto las veces que logro dormir, con un suspiro y la frase "ay no, otra vez".
Trataré de dormir un par de horas... aun tengo mucho que hacer, para no hacer lo que tengo que hacer.
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